Puertas plafonadas

Denominamos puerta plafonada a aquella cuya hoja está compuesta por uno o varios recuadros de madera (plafones) encastrados en unos ranurados que llevan en sus laterales los largueros y travesaños. Los plafones pueden presentar diversos grosores, dando a la hoja la apariencia de relieve en varios planos situados a distinto nivel.

Las puertas plafonadas están formadas por bastidor, recercado, plafones, moldura (junquillo) y acabado.

- Bastidor: Marco o estructura principal de la hoja sobre la que se encolan o ensamblan el resto de los elementos, formada por dos largueros y dos testeros, a la que normalmente se añade en una zona intermedia uno o más travesaños similares en tamaño a los testeros. Los bastidores pueden ir en madera maciza, tablero alistonado, de partículas, de fibras de densidad media o incluso de estructura alveolar.

- Recercado: Como en el caso de puertas planas, el recercado tiene la función de mejorar el anclaje de los herrajes de cuelgue ya que el tablero no suele dar valores suficientes al arranque. El recercado puede completarse con un canteado, o chapado de la misma madera de las caras, cuando el recercado no es de esa madera.

- Plafones: Son los planos que cierran los huecos dejados por el bastidor (en el caso de la  puerta castellana se denominan cuarterones o entrepaños), pudiendo ser de madera (caso de puertas macizas artesanales y castellanas), tablero derivado de la madera con chapa de madera u otro revestimiento en sus caras, celosía o persiana (mallorquina), o vidrio (puertas vidrieras).

- Moldura o junquillo: Perfil de madera, tablero u otro material que sujeta el plafón, entrepaño o vidrio, al bastidor pero puede usarse como mero elemento decorativo en esa junta o en cualquier otro lugar.

- Acabado: Cuando la puerta está fabricada en madera maciza o rechapada en madera natural, se barniza por medios automatizados. También puede lacarse de forma industrial con un proceso complejo en el que se van aplicando diversas capas de producto de forma muy controlada.